Sobre este tema, El Diario dialogó con el cura párroco de San José, Pablo Etchepareborda. ««La realidad que vivimos es muy compleja. El año pasado fueron los aumentos en los servicios de luz y gas que pegó muy fuerte en los vecinos pero ahora la realidad pasa por la necesidad propia de la gente. En contacto con los integrantes de Cáritas (el brazo solidario de la Iglesia) me contaban que durante las jornadas de mucho frío la gente se acercaba ya no por la necesidad de un abrigo o ropa de cama, sino que en casi todos los casos insistían en la necesidad de obtener alimentos».
Como parámetro de esta cuestión, el Padre Etchepareborda admitió que durante los meses de junio, julio y agosto se entregaron en promedio un 20 por ciento más de bolsones de alimentos. «Lo que se ofrece –dijo- es una ayuda que puede alcanzar para una semana y que gracias a Dios producto de la solidaridad la podemos dar pero la solución es más de fondo». Remarcó también la interacción que existe con otras entidades, mencionando el Banco de Alimentos Balcarce.
«Hay muchas necesidades»
«Vemos que hay muchas necesidades. El pedido de la Comisión Pastoral Social del Episcopado está basado en que hay muchas necesidades. Ya no es el abrigo, el gas o la luz sino que los vecinos buscan bolsas de alimentos», subrayó.
Agregó que aquel que se sienta católico «debe recordar que Jesús estuvo siempre cerca de los más necesitados. A ellos les dio esperanza, apertura y cuidado».
Por último, el Padre Etchepareborda admitió que en la primera semana de este mes ya entregamos casi la mitad de bolsones con alimentos que distribuimos durante los treinta días lo que significa «que la realidad es muy compleja. Estamos muy atentos a lo que va sucediendo. Si bien no creo que sea tan emergencia social pero hay familias puntuales con problemas por falta de trabajo y eso lo tenemos en cuenta para dar respuestas».
fuente.el diario